La brillante ciudad de Metrópolis, el orgullo de América. Una
joya de torres cristalinas que saludan al Sol de la mañana con reflejos de
cristal y acero, destellos que con su intensidad alientan en los corazones de
sus habitantes promesas de un futuro mejor, y con su pureza les inspiran los
sueños y la voluntad para esforzarse en alcanzarlo. El esfuerzo de los hombres
y mujeres de Metrópolis, trabajando codo con codo para lograr un bien común,
puede superar casi cualquier obstáculo. Los golpes de la Naturaleza, en su
ciclo eterno y sabio ajeno a los deseos de los hombres o a nociones de Bien y
Mal, podrán dañar el cuerpo de la ciudad y de sus hijos, pero no doblegar su
espíritu: lo destruido se reconstruirá, y los heridos serán sanados. Las
pequeñas mezquindades y egoístas actos de los malhechores e inadaptados podrán
alterar el espíritu de los ciudadanos, pero no quebrar su fe en la bondad
humana: el orden se restablecerá, y el trabajo honrado restituirá lo perdido.
Pero de vez en cuando,
porque la vida no es perfecta ni siquiera en la más bella de las Ciudades del
Hombre, surgirá un desastre de épicas proporciones desde lo más hondo del
corazón herido de una Tierra maltratada, o quizás una supermente criminal,
hermosa en su insuperable inteligencia pero terrible y maligna en su inhumano
desprecio por la vida, urdirá un plan terrible para su propio beneficio, sin
importar los miles, tal vez millones de vidas que pudieran apagarse en el
empeño. Contra estas calamidades, poco o nada podrían hacer los mejores
esfuerzos de los mortales.
Pero aún así, ni siquiera en
esos momentos los afortunados hijos de Metrópolis mirarán al cielo con
preocupación o temor. Más bien se unirán hermanados en las calles contemplando,
no con angustia sino con esperanza, las ligeras nubes flotando en el claro azul
del cielo de la mañana. Porque saben que, aun en la hora más oscura, las
perfectas formas blancas del cielo se disolverán en una repentina hebra
vaporosa, de la que surgirá a buen seguro la hermosa estela roja y azul, con
sobrehumana y cuasidivina celeridad que anuncia su llegada. Y entonces verán
con sus propios ojos, aunque ya lo supieran en sus corazones, que pase lo que
pase estarán a salvo, pues como siempre ha prometido hacer en tiempos de
tribulación... ¡El Amigo de la Humanidad, el Ultimo Hijo de Krypton ha llegado!.
Y sólo los extraños y los
recién llegados que aún no saben que no hay nada que temer, pues desconocen aún
el preciado don que un mundo maravilloso pero moribundo regaló a la
humanidad... sólo ellos mirarán al cielo con desconcierto y temor en vez de
orgullo y admiración, preguntándose y preguntando: ¿Qué es eso que contempláis
que apenas se distingue gentes de Metrópolis, y por qué sonreís en estos
momentos difíciles? Y sus preguntas serán contestadas, y sus espíritus calmados
con una sola palabra. No hacen falta más, porque con él la Edad de los Héroes ha
llegado, y ha comenzado con el mejor de todos. Con una sola palabra todas las
preguntas serán contestadas, y los temores olvidados. Contemplad el cielo, y
exclamad:
Mis disculpas por el
arrebato lírico: no puedo evitarlo con en este maravilloso personaje, la más
pura definición del concepto Superhéroe.
El Hombre de Acero, el Ultimo Hijo de Krypton. Un personaje que
nos inspira pues reúne todas las virtudes que podemos aspirar a alcanzar: la
nobleza, la verdad, la generosidad, el sentido del deber, la compasión, la
solidaridad... incluso la humildad. Este alienígena, último de su especie
nacido bajo un Sol Rojo en un mundo maravilloso desaparecido hace ya miles de
años, está dotado bajo los efectos de nuestro Sol Amarillo de poderes
extraordinarios hasta más allá de la imaginación. Y generosamente decide
utilizarlos para proteger a este pueblo primitivo pero prometedor (según las
palabras de su padre) que le ha acogido, sin pedir nada a cambio y viviendo, en
los momentos en que no se le necesita, una vida normal como la de cualquiera de
nosotros. Es poderoso hasta más allá de la imaginación, y sin embargo tan
vulnerable como cualquiera. Y no me refiero aquí a su debilidad hacia la Kryptonita, esos tristes rescoldos de un
mundo maravilloso perdido ya en el tiempo, y desde la catástrofe letales para
sus últimos hijos.
No, me refiero al corazón:
este superhombre indestructible, en cuyo gallardo pecho las balas rebotan y
para quienes los rigores del frío vacío del espacio nada significan... es sólo
vulnerable al dolor de perder a sus seres queridos. Ya sufrió por la pérdida de
un padre que acogió a este retoño del espacio y le amó y educó como propio: una
dolorosa lección de que, con todos sus poderes, hay cosas que no puede evitar.
Y ahora. para impedir que sus enemigos al descubrir su secreto pudieran hacer
daño a la persona que ama, su adorada Lois, se ve obligado a llevar una doble
vida con su identidad secreta y resignarse, al menos en principio, a vivir un
amor imposible en el silencio y la distancia.
Superfuerza, supervelocidad,
invulnerabilidad, supersentidos, visión de Rayos-X, el poder de volar... todos
ellos son magníficos dones que este Poderoso entre los Poderosos exhibe (con
humildad) para ayudar... pero no son lo que mejor le representa. No, lo que
hace especial a Superman, el primero de los superhéroes clásicos de los cómics
(y luego de otros medios), y el mejor de todos, es su nobleza, su sencillez,
honestidad, decencia, candidez... todo lo que he comentado anteriormente, y
mucho más. Se convierte en un modelo a seguir, y en muchas, muchísimas de sus
aventuras en los cómics ayuda en conflictos y guerras incluso como embajador o
negociador, y las partes en disputa acatarán su mediación o sus decisiones, no
por temor a sus poderes, sino por respeto a todas sus virtudes, con admirada
confianza en aquél de quien saben que SIEMPRE dice la verdad.
Todos hemos soñado alguna
vez con volar como Superman, o disfrutar de alguno de sus poderes, sueños
dulces y evocadores aun sabiendo en todo momento que son fantasías divertidas
pero inalcanzables. Sin embargo todas estas virtudes que mejor le definen y han
hecho de él el más grande, sí que son ideales que podemos aspirar a alcanzar. Y
el esforzarnos, aunque sólo sea un poquito aquí o allá alguna que otra vez,
pensando que nuestro héroe haría lo mismo en ésta o aquella ocasión... esos
pequeños actos pueden hacernos poquito a poco mejores personas.
SUPERMAN
EN EL CÓMIC
Superman
nació en 1938, de la imaginación de Jerry
Siegel y Joe Shuster, dos
jóvenes amantes de las historias de los cómics y en especial de personajes heroicos
con habilidades especiales, llamados Superhéroes.
En realidad el concepto del superhéroe con superpoderes e identidad secreta
existía ya anteriormente, con el mejor ejemplo en un personaje llamado Gladiator. Pero la imaginación y el buen
hacer de estos dos entusiastas hicieron que, en poco tiempo, su nuevo personaje
se convirtiera en el paradigma y estandarte del género. Supuso un punto de
inflexión en la historia de los cómics, se ha convertido en un personaje
universal, conocido por todo el mundo tanto aficionados a los cómics como si
no, y su paso siempre exitoso y emocionante por todos los medios concebibles
(cómics, libros, radio, TV, cine, videojuegos...) lo ha elevado a la categoría
de mito e icono de la cultura pop.
La primera aparición de
Superman en su medio natural, el cómic, fue en el Nº 1 de la ya clásica e
incunable Action Comics, y ya marcó
toda una época. Vemos aquí la mítica portada de dicho número, y una tira
dominical de la época con un sencillo relato explicando el origen de Superman,
y emplazando al lector para esperar sus aventuras la siguiente semana. ¡El mito
estaba ya en marcha!.
Y desde entonces Superman se
ha mantenido siempre vivo, con etapas de mayor o menor éxito o popularidad,
pero siempre ha estado ahí. Y desde esa primera versión salida de la
imaginación de estos dos entusiastas de los cómics, en los muchos años de
historia que ha acumulado el Hombre de Acero hemos podido disfrutar y
maravillarnos con las distintas versiones surgidas del talento de innumerables
artistas, muchos de ellos de gran talento, y unos pocos Grandes Maestros de
este noveno arte que nos han regalado visiones únicas e irrepetibles. Por poner
sólo algunos de los mejores ejemplos:
Como es lógico, empezamos por la propia concepción del
héroe, en este primer esbozo de Jerry
Siegel y Joe Shuster, de
1934-1935. La segunda es ya a la versión considerada más "clásica",
la que definió la base gráfica del personaje y nos ha acompañado a muchos
durante la niñez, de la mano y pluma de Curt
Swan:
Y en este paseo
necesariamente breve por la Galería de la Fama del Museo del cómic del Hombre
de Acero, es parada obligada el detenerse a contemplar, con alegría y
admiración, el maravilloso trabajo de uno de los más grandes artistas que ha
dado el mundo del cómic, genial dibujante de elegante trazo y majestuosa
imaginación, que nos ha regalado durante años a los aficionados increíbles
historias en mundos de desbordante fantasía, y que con el mismo talento supo
hacer suyo este personaje como si hubiera nacido para ello. Si bien Siegel y
Shuster crearon al personaje... John
Byrne lo hizo inmortal:
Muchos y muy variados
artistas han dado vida al mito. Incluso en España, los fans podemos estar
orgullosos de ver al Hombre de Acero cobrar vida desde los pinceles y el genio
del gaditano Carlos Pacheco
(trabajando en los EEUU, claro):
Y para acabar este paseo por
la historia de los cómics de Superman, no puedo dejar de mostrar y alabar el
trabajo de uno de mis artistas del cómic favoritos de hoy en día: guionista,
dibujante e ilustrador de inigualable talento. Las portadas de este genial
ilustrador son impactantes, y las historias que dibuja son una delicia de
contemplar, arte puro página a página. Cuando dibuja las viñetas... no, es más
correcto decir cuando las ilustra, cada viñeta en sí misma podría ser un
hermoso cuadro individual. Su estilo, de aire clásico, imbuye a los personajes
de una dignidad y clase que se intuye ya desde la primera mirada casual, mirada
que se deja atrapar, admirada por ese arte que invita a devorar la historia
completa, que rara, muy rara vez decepciona cuando viene del inmenso talento de
Alex Ross:
Lo dejaremos aquí, pues
aunque podría seguir por páginas y páginas, en realidad ésto no pretendía ser
más que un pequeño repaso a los orígenes de Superman en su medio de nacimiento,
el cómic, y lo que iba a ser una ligera introducción para las películas, iba ya
camino de convertirse en una tesis. Sólo decir que este gran personaje, que
lleva ya incontables años en primera plana, seguirá con nosotros por mucho,
mucho tiempo. Porque, aunque algunas veces hayan intentado privarnos de nuestro
querido Superman (la siguiente imagen corresponde a la traumática y recordada
historia de La Muerte de Superman)...
Nuestro Hombre de Acero resurge una y otra vez, adaptándose a los tiempos
estilos y gustos que sean necesarios, pero conservando siempre la esencia que
le ha hecho el Primero entre los Grandes.
SUPERMAN
EN LA TELEVISIÓN
Dejemos pues los comics, y
pasemos al siguiente medio (me saltaré la radio, importante sin duda enconces
ahora y siempre, pero poco sé sobre el serial de radio de Superman, salvo que
existía y era muy popular. Para más información, la Wikipedia, que ahí sabemos buscar todos). Sin extenderme demasiado
en ello, mencionar, cómo no, la primera aparición de Superman en las pantallas...
que no son las películas, sino la más que digna, para la época, serie de
televisión de los años 50 protagonizada por George Reeves, que presentaba una planta muy adecuada para hacerle
justicia al ya mítico traje azul y rojo.
Como curiosidad, aunque no
profundicemos en esta interesante serie, decir que el Superman original del
cómic en realidad no volaba: si bien la superfuerza, invulnerabilidad y
supersentidos estaban ahí desde el principio, el Superman creado por Jerry
Siegel y Joe Shuster se desplazaba mediante increíbles saltos de sus
superpoderosas piernas (y algo de cierta capacidad innata de manipulación de la
gravedad, pero esto es ya para nota), que le transportaban por el aire
superando sin dificultad los tejados de los más altos rascacielos de
Metrópolis. Al adaptar las historias de este personaje superpoderoso, surgen
por supuesto los previsibles problemas de producción.
En seguida, con algo de
presupuesto y mucho más de ingenio, se logra trasladar a la pantalla la
superfuerza y la invulnerabilidad. Pero los saltos... por lo que se ve, no era
tan fácil reproducir con naturalidad o credibilidad en personajes de carne y
hueso lo que era tan fácil de representar en papel. Así que se optó por una
solución de compromiso: ¡Nuestro Superman televisivo vuela!, ya que reproducir
el vuelo con grúas y cables resultaba mucho más realista y, sobre todo, BARATO
que intentar lo mismo con los supersaltos. Y como el "apaño" tuvo
éxito, desde entonces... realmente Superman, vuela.
Para el recuerdo queda ya
esta entrañable serie de éxito, que duró 6 temporadas ofreciendo algo más de
100 episodios (de 25 minutos de duración). La misteriosa y aún no resuelta
muerte del actor protagonista (tema que aún hoy levanta fascinación, y ha dado
lugar a su propia película: "Hollywoodland", con Ben Affleck) marca
el punto final de esta primera y remarcable incursión de Superman en la
(pequeña) pantalla, dejando un gratísimo recuerdo en la memoria de los que
siguieron fielmente sus aventuras episodio tras episodio.
Varias incursiones
posteriores en series de animación, todas ellas entrañables, han seguido
manteniendo a Superman en la memoria colectiva. Pero no volvemos a disfrutar de
un Superman de carne y hueso hasta los años 90, con esa muy digna, respetuosa,
eficaz y (siempre hablando desde mis gustos) muy divertida y entretenida serie:
Lois & Clark, Las Nuevas Aventuras de
Superman, ameno show televisivo en el que ambos personajes principales,
Superman/Clark Kent y Lois Lane, ahora pareja ya establecida y sin secretos
entre ellos (desde que Kal-El le
revela a ella su verdadera naturaleza) tienen el mismo nivel de protagonismo.
Esta serie es muy fiel al canon oficial
establecido desde el nacimiento de Superman, y sus protagonistas están muy bien
representados por estos dos competentes actores: Superman encarnado por un Dean Cain que mantiene el tipo, luce
bien las ya icónicas mallas azules y rojas y la capa (está en forma este
muchacho) y sabe poner la cara de buen chico que siempre ha sido la "marca
de la casa" del Ultimo Hijo de Krypton (aunque curiosamente este actor me
gusta mucho más cuando interpreta a "los malos de la película" en
producciones de acción y ciencia-ficción de Serie-B: ¡Los clava!). Y la
intrépida y inquisitiva Lois Lane está maravillosamente encarnada por esta
actriz que, sin ser una superestrella, siempre me ha gustado a rabiar: Teri Hatcher, guapísima y simpática a
más no poder (protagonista posteriormente de la divertida y cínica, aunque algo
artificiosa para mi gusto Mujeres
Desesperadas).
Posteriormente pudimos
disfrutar de una nueva "adaptación" de las aventuras de Superman en
la pequeña pantalla, con la serie Smallville.
Pero, sinceramente... siendo a veces entretenida, que lo es aunque
personalmente me resulte (cuando la he visto, que no la sigo demasiado)
bastante folletinesca... la verdad es que no tiene mucho del Superman clásico
que todos conocemos y muchos admiramos. Es un producto de televisión popular y
entretenido, no lo niego, pero se ha limitado a tomar algunos elementos
icónicos o reconocibles del mito: el origen en Krypton, los superpoderes
(bastante cambiados), la vida rural con los Kent, la presencia de un
maquiavélico Lex Luthor... y ahí se acaba el parecido. Por ello no nos
pararemos aquí. Tan sólo comentar la curiosidad de ver interpretando a Martha
Kent, madre adoptiva de Clark Kent, a Annette
O'Toole, que ya interpretó a otra mujer importante en la vida de Superman:
Lana Lang, en el cine en Superman III.
Papel que en Smallville interpreta la exótica belleza de nombre Kristin Kreuk: una preciosa mezcla de
padre holandés y madre china.
SUPERMAN
EN LOS VIDEOJUEGOS
Ya llegamos, ya llegamos.
Antes de ocuparnos de las películas, una última paradita en esta historia de
Superman, para hablar si quiera brevemente, de otro medio (de los más
importantes hoy en día) que han pisado las rojas botas de nuestro Hombre de
Acero: los videojuegos. Desde ya la mítica Atari
2600 todo sistema tuvo su racioncita de Superman. Consola tras consola,
ordenador tras ordenador, han ido apareciendo diversos juegos en los que, por
fin, podíamos cumplir uno de los sueños que cualquier niño ha tenido alguna
vez... ¡Ser Superman!. Coges el mando, introduces el cartucho (o el cassette en
el ZX Spectrum, que algunos estamos
ya talluditos y tenemos viejas batallas que contar)... ¡Y a volar!.
Se han
producido muchos juegos para muchos sistemas sobre nuestro héroe, unos con peor
y otros con mejor fortuna. Y de entre todos ellos, yo recuerdo con especial
cariño aquel aparecido en 1987, de la mano de Taito, en las máquinas arcade de los ya legendarios salones
recreativos de los '80. Aquellos templos del ocio electrónico, puntos de
reunión y camaradería en la afición común de toda una generación. Fuentes de
auténticos tesoros de recuerdos, emociones y fantasías compartidas, cuando el
multijugador era cara a cara y nacían amistades forjadas en mil batallas,
conquistando lejanas y futuras galaxias, defendiendo bárbaras aldeas, o rescatando
princesas medievales... Pero eso, es otra
Historia (permitiéndome una bárbara referencia cinéfila).
Para el recuerdo queda ya
esta estupenda máquina recreativa que recreaba (curiosa redundancia) a la
perfección las aventuras de nuestro querido Superman, permitiéndonos por la
módica cantidad de cinco duros (25
pesetas = 15 céntimos de euro, para los más jóvenes), y por unos minutos, ser
nosotros mismos el mayor héroe que jamás ha existido.Desde aquí doy gracias al
maravilloso M.A.M.E. por permitirnos
recuperar ya para siempre ésta y todas aquellas maravillas de los salones
recreativos, gracias al milagro de la emulación.
No
os riáis lectores imberbes, ésto en 1987 era una maravilla...
¡Y aún sigue
siendo divertida!
Buscad
el M.A.M.E.: rememoremos nosotros, treintañeros,
y aprended vosotros,
jovencitos.
SUPERMAN
EN EL CINE
¡Sí, por fin estamos aquí!
Gracias por su paciencia, damas y caballeros: esperamos que hayan disfrutado del
viaje. Tras esta corta (a mí se me ha hecho) pero detallada visita comentada (se
agradecen propinas al guía) por la historia de Superman, hemos llegado por fin
al tema que nos ocupa: las películas de cine de Superman. Llegados a este
punto, creo que ya hemos comentado suficientemente la historia del personaje,
su ambiente, las características de sus aventuras... poco más queda por decir
al respecto, salvo esto: todo, TODO lo dicho está en las películas, todos los
elementos icónicos de la leyenda de Superman están perfecta y hermosamente
plasmados en la pantalla, y se disfrutan de principio a fin. Los fans de
Superman pueden encontrar en estas maravillosas películas todo lo que
esperaban, y los que no sean fans pero gusten del buen cine, pueden disfrutar
igualmente de unas aventuras magníficas y muy bellamente filmadas.
En 1978 se estrenó en los
cines de todo el mundo la primera película sobre Superman. Una arriesgada
apuesta, el intentar trasladar a la pantalla de forma creíble y realista toda
la magia del personaje. Y el resultado... sencillamente, La MEJOR adaptación
cinematográfica de un superhéroe que jamás se haya filmado, hasta ahora no
superada. También (que es parecido, pero no es lo mismo), la MEJOR adaptación
de un cómic, la más respetuosa a la fuente original.
El responsable fue Richard Donner, quien dos años antes ya
nos asombró con La Profecía, y nos ha
seguido deleitando en los años posteriores con maravillas como la entrañable e
icónica Los Goonies, la preciosa
(MARAVILLOSA) Lady Halcón o la
divertidísima Maverick (no me canso
de ver esta película)... por no mencionar alguna incursioncilla menor en el
género de la acción, con alguna peliculilla sin importancia como... Arma Letal.
La admiración de este gran
director por el personaje es la causa de que la saga cinematográfica de
Superman sea tan fiel a su origen en el cómic, dando como fruto unas
adaptaciones en el mejor sentido de la palabra: adaptación de un medio a otro
diferente, cambiando lo que sea necesario por el diferente lenguaje que usan
ambos medios, pero sin perder nada por el camino. Los efectos especiales,
avanzadísimos para la época, contribuyeron a que las películas fueran
memorablemente espectaculares: el eslógan publicitario para el estreno de la
película fue: USTED CREERÁ QUE UN HOMBRE
PUEDE VOLAR... ¡Y tenían razón!. Un paso más hacia la perfección. Aún
habría otro más, la guinda perfecta del pastel. La BSO.
La
maravillosa BSO de John Williams para Superman, obra maestra de este
insuperable Maestro de la Música y Mago del Sentimiento. Una de las más bellas
obras musicales jamás creadas para el cine, que resuena épica y susurra íntima
al mismo tiempo.
La Banda Sonora Original. La
música que acompaña a la historia y a la acción. La mitad de la experiencia
cinematográfica (a veces incluso más). La música es una parte fundamental en la
forma de contar una historia en el cine. Una mala banda sonora en una película,
sea ésta buena o mala. Pasa desapercibida y se olvida con facilidad. Una buena
banda sonora en una película mala, hace salir de la sala al acabar la función
con la sensación de que, por lo menos, algo en la película ha merecido la pena,
aunque no fuera la historia.
Pero... una buena Banda
Sonora... o una excelente o muy inspirada, acompañando a una buena, o mejor aún
a una excelente película... Eso hace la experiencia extraordinaria e
inolvidable. La versión cinematográfica de Superman, como regalo del cielo para
los afortunados amantes tanto del cine como del personaje (y si son las dos a
la vez, mejor que mejor), no pudo tener mejor suerte con la música. Richard
Donner contó con la ocasión, como le sucedió a George Lucas primero con Star Wars y posteriormente con Indiana Jones, con algo que...
sencillamente, no puedo expresar más que de esta forma: Las películas de
Superman contaron, para fortuna nuestra y de la Historia del Cine... con el Maestro John Williams en Estado de
Gracia.
Así de sencillo. Una banda
sonora MARAVILLOSA de principio a fin, épica, heroica, espectacular en los
momentos de acción y aventura (que abundan y son memorables), capaz de elevar
los espíritus a lo más alto mejor que el más inspirado de los himnos de
resurrección. Y al mismo tiempo íntima, melodiosa y discreta, sonando como un
dulce secreto de amante susurrado dulcemente al oído, para los momentos de
romance (que son igualmente numerosos e inolvidables). Sencillamente, perfecta.
En una época en que la música clásica quedaba ya muy atrás en los gustos de un
público gustoso de los ritmos de rock y la música disco... el genial John
Williams consiguió, en dos años consecutivos, con ésta y aquella otra preciosa
Obra Maestra que resonaba Hace Mucho Tiempo, en una Galaxia Muy, Muy Lejana,
que el público volviera a disfrutar extasiado con la música de las grandes
orquestas. ¡Estamos de pie y aplaudiendo, Maestro!. (Y algunos llorando en un
momento u otro).
Todos los elementos hasta
ahora comentados, sabiamente mezclados como lo fueron por el genio de Richard
Donner, habrían dado lugar a una adaptación magnífica. Y de hecho así fue. Pero
el éxito fue aún más allá. La adaptación al cine de Superman no resultó sólo
magnífica... fue algo memorable, y desde el primer instante, inolvidable. Y
todo ello por un solo motivo…
CHRISTOPHER
REEVE
El magnífico, el entrañable,
el inolvidable y recordado Christopher
Reeve, este actor perfectamente desconocido que fue elegido para la
difícil, la titánica tarea de encarnar en la gran pantalla al ideal del héroe:
interpretar a Superman. Dar vida al Mito. Se necesitaba un actor que reuniera a
la vez la imponente presencia física del musculoso y superpoderoso Hombre de
Acero... y que a la vez fuera creíble como el dulce, inocente, tímido y apocado
Clark Kent, con simpatía, naturalidad y sin contradicciones.
Y todo ello sin olvidar
nunca que, para que la adaptación fuera perfecta, el actor elegido debia ser
capaz de todo lo dicho, y al mismo tiempo inspirar en la pantalla todas y cada
una de las cualidades que ya hemos comentado que representan la verdadera
esencia de Superman: nobleza, decencia, honestidad... Así llegó Christopher
Reeve, con ese aspecto del novio que todas las madres de América querrían para
sus hijas. Vino, vió y venció. Así de sencillo. Nadie vio a Cristopher Reeve en
estas películas. No apareció en ellas. Sólo estaban Clark Kent y Superman.
Christopher Reeve medía 1,92
metros y su verdadero color de cabello era rubio. Durante su adolescencia tuvo
problemas musculares debido a su altura, padeció asma y en ciertas épocas de su
vida tuvo alopecia. Durante el rodaje de Superman, conoció a la ex-modelo y
publicista británica Gae Exton con quien convivió durante una década y tuvo dos
hijos, Matthew y Alexandra. Tras separarse de Exton, en 1987, Reeve conoció en
el festival de teatro de Williamstown a Dana Morosni Reeve, una actriz y cantante
de quien se enamoró y con quien contrajo matrimonio en 1992. De dicha unión,
nació su tercer hijo, Will.
Siendo una persona bastante
accesible, mantuvo una gran amistad durante toda su vida con el también actor
Robin Williams, quien fue compañero de estudios en Julliard y quien cubrió sus
cuentas médicas tras el accidente. También mantuvo cordiales relaciones con su
compañera de rodaje en Superman, la actriz Margot Kidder, el director Richard
Donner y su co estrella de Somewhere in Time, Jane Seymour, quién bautizó a uno
de sus hijos Christopher en homenaje al actor. También mantenía una estrecha
relación de amistad con Gene Hackman, su también compañero de rodaje en la saga
de Superman.
Christopher Reeve, el
filántropo y activista... y el héroe que NUNCA se rindió
Christopher Reeve fue un
activista durante toda su vida. Al hacerse famoso apoyó las Olimpiadas
Especiales y visitaba niños y personas en enfermedades terminales cuyo último
deseo era verlo en persona. En 1987, viajó a Chile por invitación del escritor
Ariel Dorfman para liderar protestas por los abusos del régimen de Augusto
Pinochet contra escritores, sindicalistas y artistas que se oponían al
gobierno. En 1989 se unió a otros artistas como Susan Sarandon, Glenn Close,
Alec Baldwin y Ron Silver para fundar Coalición
Creativa, un grupo de artistas que ayudaban a los menos favorecidos e
impulsaban labores culturales y ecológicas. Como vice presidente del grupo, en
1993, ayudó a descontaminar una playa californiana bajo el auspicio del
entonces vice presidente de los Estados Unidos, Al Gore.
La vida de Christopher Reeve
cambió para siempre el 22 de mayo de 1995, cuando en una competición hípica en
Culpepper, Virginia, cayó de su caballo al no poder superar un obstáculo,
fracturándose las dos primeras vértebras cervicales. Tras ser sometido a una
peligrosa operación, solo pudo recuperar la movilidad de los dedos de su mano
izquierda, que consiguó articular con mucho esfuerzo, colaboró con entusiasmo
desmesurado con asociaciones como la Unesco, para luchar por causas similares a
la suya. También asistía al senado de su estado para intentar que éste
permitiera trabajar con células madre embrionarias a los investigadores para
intentar conseguir el mayor deseo de Reeve, volver a andar. Se convirtió en un
orador motivacional y creó la Christopher
and Dana Reeve Paralysis Foundation donde además de luchar por el
desarrollo de la investigación de la cura de enfermedades usando células madre,
busca apoyar a quienes han quedado parapléjicos como el, ya sea por causas
naturales o en accidentes.
En 2003 y 2004, tuvo varias
infecciones serias; recuperándose de tres y al final otra le fue fatal. En
octubre de 2004, estaba siendo tratado por un problema de presión, y que estaba
causando sepsis. El 9 de octubre, Reeve se sintió bien y estuvo con su hijo
Will. Esa noche, tuvo un ataque cardiaco después de recibir un antibiótico para
la infección. Entra en coma y es llevado al Hospital North Westchester en Mount
Kisco, Nueva York. Dieciocho horas después, el domingo 10 de octubre de 2004,
fallece a los 52 años. Su doctor, John McDonald, cree que fue una reacción
adversa al antibiótico que le causa su deceso. Un servicio conmemorativo para
él se celebró en la Iglesia Unitaria en Westport, Connecticut, donde él y su
esposa habían asistido.
Nunca
te rendiste... tu cuerpo te falló, pero tu espíritu siempre voló en lo más
alto. En el cine, con el traje y los efectos nos hiciste creer que un hombre
puede volar.
En
el cine diste vida a Superman En la vida, nos demostraste lo que la voluntad de
un gran hombre puede lograr.
En
la vida ¡ TU FUISTE SUPERMAN !
¡¡ SIEMPRE TE RECORDAREMOS
!!
Finalmente, cuando casi
parecería que ya hemos dicho todo sobre Superman (y la verdad es que en esencia
es así), vamos y nos acordamos de que habíamos venido aquí a hablar de
películas. Pues venga: recordemos cuáles fueron las películas originales de
Superman, cuando lo importante era creerte a tu héroe y emocionarte con sus
valores y sus aventuras, y no tanto competir con qué editorial está teniendo
más éxito en el cine con sus personajes… ¡Que hemos venido aquí a divertirnos leñe,
que esto es el cine y no una junta de accionistas! Vamos a ello…
1.-
SUPERMAN: LA PELÍCULA (1978)
En
una galaxia muy alejada de nuestro sistema solar vive una avanzada y milenaria
civilización en el planeta Krypton. Ante la amenaza de la destrucción del
planeta, el científico Jor-El (Marlon Brando) introduce a su único hijo Kal-El
en una nave que lo conduce a salvo hasta la Tierra. Adoptado por la familia
Kent, Jonathan (Glenn Ford) y Martha (Phyllis Thaxter), el bebé crece bajo el
nombre de Clark educándose en la vida tranquila de una sencilla familia granjera,
dando muestras de una fuerza extraordinaria y poderes sobrehumanos. Años más
tarde se traslada a la gran ciudad de Metrópolis, donde empieza a trabajar como
el periodista Clark Kent (Christopher Reeve), junto con la bella reportera Lois
Lane (Margot Kidder), ocultando su identidad de Superman, el cual usará sus
poderes para defender a la gente de la tierra contra cualquier amenaza... como
los malvados planes del genio criminal Lex Luthor (Gene Hackman). Famosa
adaptación del cómic sobre el más popular de los superhéroes. Un gran reparto y
una entretenida historia para un clásico del cine que gusta a niños y mayores.
Superman: La Película Fue la
primera adaptación al cine de Superman, en 1978, con un éxito impresionante que
le ha reservado un hueco en la historia del cine. Admirablemente fiel al
"canon oficial" establecido en los cómics, en esta película se narra
el origen de Superman, con una preciosa introducción en el Planeta Krypton
mediante una memorable interpretación (como acostumbraba) del gran Marlon
Brando. La preciosa relación entre Superman/Clark Kent y Lois Lane se traslada
impecablemente a la pantalla gracias a la maravillosa química entre los dos
actores, Christopher Reeve y Margot Kidder. Y la encarnación del malvado pero
carismático villano Lex Luthor por el genial Gene Hackman es, sencillamente, de
antología. Una aventura emocionante, de vibrante acción y precioso romance por
igual, llena de magia y fantasía.
2.-
SUPERMAN - EDICIÓN ESPECIAL VERSIÓN EXTENDIDA (2000)
En
una galaxia muy alejada de nuestro sistema solar vive una avanzada y milenaria
civilización en el planeta Krypton. Ante la amenaza de la destrucción del
planeta, el científico Jor-El (Marlon Brando) introduce a su único hijo Kal-El
en una nave que lo conduce a salvo hasta la Tierra. Adoptado por la familia
Kent, el bebé crece bajo el nombre de Clark educándose en la vida tranquila de
una sencilla familia granjera, dando muestra de una fuerza extraordinaria y
poderes sobrehumanos. Años más tarde se traslada a la gran ciudad de
Metrópolis, donde empieza a trabajar como el periodista Clark Kent (Christopher
Reeve), junto con la bella reportera Lois Lane (Margot Kidder), ocultando su
verdadera identidad de Superman, el cual usará sus poderes para defender a la
gente de la tierra contra cualquier amenaza, especialmente de los malvados
planes del genio criminal Lex Luther (Gene Hackman). Famosa adaptación del
cómic sobre el más popular de los superhéroes. Un gran reparto y una
entretenida historia para un clásico del cine que gusta a niños y mayores.
Esta nueva edición, muy
posterior al estreno de la original, es una versión extendida de la primera
adaptación al cine de Superman, admirablemente fiel a los cómics, en la que se
narra el origen de Superman, con una preciosa introducción en el Planeta
Krypton con una memorable aparición de Marlon Brando. Christopher Reeve y
Margot Kidder aportan, con su inmejorable química, una gran interpretación de
la preciosa relación ambigua entre Superman/Clark Kent y Lois Lane, y Gene
Hackman se luce con un malvado Lex Luthor de antología.
Esta versión extendida nos
regala dos nuevas escenas que, en mi opinión, añaden gran interés a la
película. La primera, preciosa escena de gran emotividad consiste en una larga
conversación de Superman con el recuerdo grabado de su padre, Jor-El. La
segunda, más avanzada la película, es una divertida escena de acción que nos
regala con unos emocionantes minutos de Superman esquivando una serie de
trampas letales en la guarida de Lex Luthor.
Como advertencia, mencionar
finalmente que esta nueva versión fue doblada de nuevo, y las nuevas voces,
especialmente la que dobla a Christopher Reeve, pueden muy bien
"descolocar", casi incomodar por momentos, a quienes como yo tanto
amamos estas películas y las hemos oído decenas de veces en su doblaje
original. De todas formas es un detalle menor que, aunque pueda ser ligeramente
molesto, no estropea lo que sigue siendo una aventura emocionante, de vibrante
acción y precioso romance por igual, llena de fantasía.
3.-
SUPERMAN II - LA AVENTURA CONTINÚA (1980)
Tres
criminales con superpoderes del Planeta Krypton (Terence Stamp, Sarah Douglas y
Jack O'Halloran) se fugan de la cárcel de la Zona Fantasma y planean esclavizar
a la tierra, justo cuando Superman (Christopher Reeve) decide mostrar su lado
más romántico a Lois Lane (Margot Kidder). Gene Hackman (Lex Luthor) vuelve a
interpretar de forma magistral su papel de la primera película. Con un reparto
de lujo, una ingeniosa dirección de Richard Lester y unos efectos visuales
espectaculares que deleitan, ¡Superman II es una aventura única!
Superman
II
continúa de forma maravillosa y memorable las aventuras de Superman, tomando
acontecimientos clave de la primera e inmejorable película: de hecho, Richard
Donner concibió en principio ambas partes como una sola gran historia, pero
desavenencias con la productora provocaron su sustitución por Richard Lester,
que acabó dirigiendo esta Superman II
de una forma muy distinta a la prevista inicialmente, dando de todas formas
como resultado esta estupenda segunda entrega. Tomando la estructura de la primera
entrega, y partiendo ya con la mejor acción desde el principio puesto que ya no
es necesario volver a presentar a los personajes, la filosofía de esta genial
película es... más y mejor.
- ¿Que en la primera
película tenemos a un Kryptoniano superpoderoso dedicado a ayudar a la
humanidad? ¡Pues ahora tenemos a tres más… ¡Y vienen para dar guerra!. Tres
enemigos declarados de Jor-El (el
padre de nuestro héroe) y de toda su descendencia, que llegan a la tierra con
planes de conquista. ¡Y tienen los mismo poderes que Superman!. La emoción está
servida.
- ¿Que en Superman hay un bonito inicio de romance
entre Superman y Lois? ¡Pues vamos a llegar hasta el final! ¡Que se abran los
corazones y se descubran los secretos!. Y ello además, provocará que nuestro
Superman, para honrar y corresponder al amor descubierto, quiera... ¡No hombre,
que desvelamos todas las sorpresas!. Es mejor verlo, y emocionarse.
Una batalla épica entre bien
y mal. Una historia de amor imposible que sabe superar todas las barreras. ¡Y
Lex Luthor entre medias, por supuesto!.
Los ingredientes son
inmejorables, y la mezcla resulta sencillamente inolvidable por el buen hacer
de este otro gran director, Richard Lester (creador de mi siempre querida
trilogía de Los Mosqueteros, con Richard
Chamberlain, Raquel Welch, Charlton Heston, Michae York, Christopher Lee...
¡uf! me emociono). Un clásico a la altura tanto del maravilloso personaje, como
de la extraordinaria película que la precedió.
4.-
SUPERMAN II - EL MONTAJE DE RICHARD DONNER (2006)
El
director Richard Donner empezó a rodar su visión de Superman II mientras se
filmaba simultáneamente Superman I. Por primera vez, su visión única aparece en
el filme con un comienzo de la película y una resolución totalmente nuevos.
Jor-El (Marlon Brando en unas secuencias encontradas recientemente) aparece en
las escenas principales profundizando en la relación entre padre e hijo. Lois
Lane (Margot Kidder) trama planes nunca vistos para desenmascarar a Clark Kent
(Christopher Reeve) como Superman. Con tantos cambios, tanto en el argumento
como en los detalles, esta versión es una experiencia alternativa que le abrirá
los ojos.
El
Montaje de Richard Donner es la continuación directa de las
aventuras de Superman tan magistralmente iniciadas en la película de 1978...
tal y como el director original, Richard Donner, tuvo en mente desde el
principio. Aun a pesar de que la magnífica Superman
II dirigida finalmente por Richard Lester es una impecable y extraordinaria
película de aventuras y ficción que le hace perfecta justicia a la saga (y
probablemente mi favorita)... nada tiene que ver con ésta. Donner pretendía
rodar Superman y Superman II al mismo tiempo porque las consideraba una misma gran
película dividida en dos partes. Pero por por cuestiones técnicas y de
presupuesto, sinceramente absurdas a la luz del formidable éxito de la primera
parte, los productores despidieron a Donner y contrataron a Richard Lester para
que se ocupara de Superman II. Casi
todo el material rodado por Donner fue desechado o rodado de nuevo (sólo se
salvaron algunas escenas del Daily Planet). Donner, totalmente desilusionado, se
olvidó de una película que poco o nada tenía que ver con la que él había
imaginado. Tras varios años de demostrado interés por parte de los fans, por
fin tenemos disponible esta histórica versión ideada por Richard Donner,
especialmente para esta colección.
En este montaje Donner sigue
manteniendo la estructura básica del Superman
II de Lester, aunque con muy notables diferencias: Se han suprimiendo diez
minutos del metraje, se ha cambiado radicalmente el sentido de algunas escenas,
e introducido otras completamente inéditas (espectacular cómo Lois Lane
descubre el secreto de Clark Kent... por no hablar del final). Donde en las
escenas de la Fortaleza de la Soledad del Superman
II de Lester aparecían varios Kryptonianos anónimos, Donner recupera en ésta
su versión original todas las apariciones, siempre memorables, de Marlon
Brando.
Ambas versiones memorables y
magníficas. La estrenada de Richard Lester, inolvidable para todos quienes
disfrutamos con ella desde su estreno. Esta de Richard Donner, un tesoro
perdido recuperado por fin, ahora y para siempre, para la Historia del Cine y
para todos nosotros. Eso sí, en perfecto inglés subtitulado: esta versión se
lanzó directamente en DVD en la magnífica edición recopilatoria de toda la saga
de Superman, sin pasar por las salas de cine, y no se invirtió en su doblaje.
5.-
SUPERMAN III (1983)
Gus
Gorman (Richard Pryor) en un ingenuo programador informático con un malévolo
plan para enriquecerse. Para él, el teclado es un arma y como consecuencia de
ello, la vida de Superman se verá amenazada por la microelectrónica.
Christopher Reeve interpreta de nuevo el papel de Superman que ha hecho tan
suyo, profundizando en el lado humano de su personaje cuando Clark Kent se
encuentra a Lana Lang (Annette O'Toole) en una reunión del Instituto en Smallville.
Y cuando el propio Hombre de Acero se convierte en su peor enemigo después de
estar expuesto a la Kriptonita, Reeve interpreta a los dos personajes con una
habilidad asombrosa. En Superman III Abundan los sentimientos, el humor y el
heroísmo.
Superman
III
Supone un cambio más que considerable, en muchos aspectos, en la trayectoria de
esta estupenda saga. Vaya por delante que no alcanza, ni de lejos, el nivel de
excelencia de las dos inolvidables películas que la preceden. Pero eso no
implica que nos encontremos ante una mala película, ni mucho menos: se trata de
una continuación bastante digna, que no desmerece a su protagonista y
entretiene como la que más. ¡Y vaya si entretiene! Puesto que la principal
característica de esta Superman III y
que tanto la diferencia de las anteriores, es su humor: ¡Esta película es un
alegre entretenimiento de principio a fin!. Basta con ver los cinco primeros
minutos de la función: imaginemos a Benny Hill con superpoderes...
Efectivamente, esta tercera
entrega de las aventuras del Hombre de Acero prescinde del tono épico a que nos
tenían acostumbrados, y opta por ofrecernos dos horas de sencilla y sana
diversión, en la que seguiremos disfrutando, como no podían faltar por
supuesto, de las heoricas acciones de Superman en escenas espectaculares de
titánica lucha contra el mal y lucimiento de superpoderes... pero siempre con
humor.
Y la estrella de la función
no siempre es nuestro admirado héroe de mallas azules y flequillo entrañable,
no... hoy viene un secundario a hacerse querer. Porque otra de las cosas que va
a hacer que recordemos siempre esta película, si no con la admiración de las
dos primeras desde luego con gran cariño (a mí me encanta), es... Richard
Pryor. Sí señores, este inolvidable y entrañable cómico interpreta en esta Superman III a un encantador vividor con
más simpatía que fortuna, que por las veleidades del destino (en forma de
guionistas) va a verse convertido (muy a su pesar) en parte artífice del casi
probable éxito de otro plan para acabar con Superman. Y esta vez no de parte de
Lex Luthor, lo que es otro gran cambio respecto a las películas anteriores:
esta vez el carismático villano está de "vacaciones forzadas", y un
competente Robert Vaughn viene a ocupar su lugar.
Esta vez la amenaza proviene
de las máquinas, la tecnología y las computadoras: un tema rabiosamente de moda
en esos años a finales de los '80: entrañables e inolvidables películas como Juegos de Guerra, Sueños Eléctricos, Cortocircuito
o D.A.R.Y.L., por ejemplo. Mención
aparte merece también la aparición de una guapísima Annette O'Toole como el
antiguo amor no correspondido del joven Clark Kent; Lana Lang (las pelirrojas
son mi debilidad, lo reconozco).
Añádase al cóctel unas
impagables secuencias Superman / Clark Kent enfrentándose... ¡Consigo mismo!
dando lugar a consecuencias tan curiosas que es preferible no adelantar aquí...
y obtenemos, como dije al principio, una película no memorable, pero desde
luego entrañable e imprescindible para hacer completa la experiencia de
Superman. Y yo siempre reconozco sin complejos que me encanta cada vez que
surge la conversación.
6.-
SUPERMAN IV: EN BUSCA DE LA PAZ (1987)
Christopher
Reeve no sólo se puso la capa del héroe por cuarta vez, sino que también
contribuyó a desarrollar el provocativo tema de la película: el desarme
nuclear. Para proteger al mundo de los comerciantes de armas nucleares, Lex
Luthor (Gene Hackman) crea un nuevo ser que se enfrentará al Hombre de Acero:
el Hombre Nuclear cargado de radiación (Mark Pillow). Los dos enemigos se
enfrentarán en un explosivo espectáculo en el que Superman salva la Estatua de
la Libertad, impide la erupción volcánica del monte Etna y reconstruye la
destruida Gran Muralla China. ¡Si buscabas emociones, las encontrarás en esta
película!
Superman
IV
es la última de las aventuras cinematográficas de Superman protagonizadas por
el malogrado (JAMÁS fracasado), entrañable y simplemente inolvidable
Christopher Reeve. Y es una lástima que no pueda decir aquí que es el broche de
oro que cierra la saga, porque... sinceramente, aunque tienda tal vez a
exagerar las virtudes de la películas que me gustan, nunca miento en estas
cosas. Y con la verdad por delante, esta película es, en pocas palabras...
"mala de solemnidad". Así de sencillo.
Sigue aquí el querido
Christopher Reeve, y cumple: sigue siendo Superman. Gene Hackman no puede
reprimir el genio cinematográfico que tiene ni aunque le pagaran por ello, y
sigue dándonos un Lex Luthor memorable. Pero por lo demás, la película falla
por todos lados; consecuencia de ser una producción “barata” de la Cannon
Films, productora que nos dio grandes dosis de entretenimiento fácil (pero no
por ello menos agradecido) en los cines de los ’80, pero aquí demostraron que
la “superproducción” les quedaba grande… aparte de que, acostumbrados a la
espectacularidad de las anteriores, el escaso presupuesto de esta cuarta parte
hizo resentirse mucho ese aspecto.
No me entretendré mucho más
en el comentario porque tampoco hay mucho más que decir: baste adelantar que la
trama se centra en la paranoia nuclear de los 80, y que aparece un nuevo ser
superpoderoso, esta vez creado artificialmente y salido del genio criminal y
científico de Lex Luthor, con el único propósito como no podía ser menos de
acabar con Superman. Y esta vez casi lo consiguen. No Luthor, sino los
productores y guionistas. La ínfima calidad cinematográfica de esta cuarta
entrega (aunque como entretenimiento sea pasable) retrasó la posibilidad de una
nueva entrega durante varios años, y el posterior y desgraciado accidente de
Christopher Reeve hizo ya imposible la idea de un nuevo Superman encarnado por
este actor y ser humano irrepetible, que parecía haber nacido para este
personaje.
Esta cuarta y última película del Superman de Christopher Reeve no
pasará desde luego a la historia del cine, pero es parte integrante de esta
maravillosa saga, los actores y personajes que tanto nos han emocionado siguen
estando ahí incluyendo el regreso de Gene Hackman como Lex Luthor (ausente en Superman III), y esos son ya motivos
suficientes para conservarla junto con sus maravillosas compañeras: las ovejas
negras también son parte de la familia y hay que quererlas...
Y hasta aquí llega la
historia del primer e irrepetible Superman cinematográfico, encarnado por el
inolvidable Christopher Reeve. Espero que hayan disfrutado conmigo del viaje, y
recuerden limpiarse los dedos antes de secarse disimuladamente las lagrimillas
que puedan haber caído: que la sal de las palomitas escuece.
Por @JoGonBa
Por @JoGonBa
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