Que el alumno supere al maestro en el
campo de la música muchas veces no implica que ese aprendiz sea mejor, sino que
tiene más éxito o que la tecnología ha avanzado respecto a la de su predecesor y,
por tanto, su trabajo es más conocido.
Y eso es lo que ocurre con muchas
canciones que llenan nuestras playlists favoritas, que no sabemos que son
versiones (covers, si lo preferís) posteriores a las originales.
Aquí tenéis un pequeño picoteo de diez
ejemplos de este fenómeno en el que la fama puede valer más que el talento.
Pero no os preocupéis si os quedáis con hambre porque podemos ofreceros un
segundo plato y hasta postre.