jueves, 20 de abril de 2017

"LA BELLA Y LA BESTIA", HUELE A...DISNEY


Me voy a andar sin rodeos. He ido al cine a ver la última versión de La Bella y la Bestia, sin muchas esperanzas ni ánimo en el cuerpo y...me ha gustado. Antes de que nadie me crucifique voy a dejar un par de cosas claras: no, no creo que fuese en ningún caso necesaria una recreación realista de este cuento, y por mucho que las "princesas Disney" necesitaran un lavado de cara, se podría haber hecho por medio de una historia original; y sí, por esto mismo opino que se trata de una jugada para ganar dinero, ya que saben que se trata de un título que atrae audiencias de forma segura (como cualquier otro remake, vamos); por último, aunque haga comparaciones con  su predecesora, en ningún caso estoy dando a entender que ninguna de las dos es mejor que la otra, ni que tenga una favorita. 



Ahora toca olvidarnos de todo lo dicho para alejarnos de cualquier prejuicio, ya que esta obra es una vuelta a la trayectoria más clásica de la compañía, así como una reforma de la misma. La historia es la misma: un príncipe convertido en Bestia y un castillo bajo una maldito, una muchacha de un pueblo cercano adelantada a su época, un varón narcisista un tanto primitivo, el amor verdadero como única forma de romper el hechizo. No obstante, encontramos una trama mucho mejor construída y madurada. La cinta de dibujos se toma mayores licencias a la hora de contar este cuento, ya que está pensada para los niños, por mucho que un adulto pueda disfrutarla. Hace elipsis de la historia que, no siendo importantes para la comprensión final, dejan huecos faltos de datos para completarla. Esta nueva versión responde a muchas de esas preguntas de manera inteligente, aun teniendo a los niños como principal público. 

Esta nueva visión de la historia hace que los ejes en los que se construye sean más sólidos, y añade nuevos temas a desarrollar. Profundiza más en la idea de la belleza está en el interior, pues la Bestia no muestra amor por Bella desde el principio. Así, se aproxima a hablar sobre las relaciones amorosas. Pero también del amor por la familia. El amor de Maurice a su hija, y la devoción de la hija por su padre. La preocupación de los sirvientes por su amo, a quien no serían capaces de abandonar. Pues los personajes están mejor traídos, se les da un trasfondo y unas ideas a las que aferrarse. Incluso se da cierta importancia a algunos, como LeFou, que en esta versión pudiera ser homosexual, aunque no se nos deja claro en ningún momento; o el bibliotecario, un personaje de color (no hay ninguno en la versión original) que se preocupa por Bella. Pues esta Bella es más Bella que nunca, y no me refiero a su apariencia física, sino a ser esa chica "peculiar". Es mucho más fuerte e independiente, no tiene miedo a enfrentarse a Gastón o la Bestia, ni llora ante cualquier adversidad, y refleja verdadera inteligencia; su pasión por los libros es real, siendo un punto reiterado en toda la película. A su vez, la Bestia tiene una evolución más marcada y natural.


Pero voy a ser sincero, mola muchísimo más la versión de Bestia de dibujos. A esta se le han aplicado ciertos cambios, insignificantes al final, y como es lógico se ha tenido que recrear por CGI. Y es que este es el mayor problema de esta película. Antes hablaba de las licencias que se toma en cuanto al guión, siendo un punto negativo. Pero es que al ser una obra de dibujos tiene cierta ventaja y se puede tomar ciertas licencias que no chirrían como lo harían en una versión realista. Todos los personajes están representados bajo un mismo esquema de dibujo, luego aun siendo seres fantásticos todos van a parecer igual de reales o falsos. Sobre todo se ven afectados los objetos encantados del castillo, pues en la película de animación de justifica que las reglas de la física no estén tan presentes, y la madera se pueda doblar como si de un chicle se tratase. Lumière y Ding-Dong siguen moviéndose, pues sino perdería toda la gracia, pero se ajustan a un modelo que se basa en la realidad, por lo que no tendrán ojos ni boca reales, sino agujeros que hagan las veces de los mismos, llegando a dar a veces un poco de repelus. Además, el CGI no está muy logrado y en ciertas ocasiones se tambalea hasta casi desmoronarse.

Podría hablar mucho más de esta experiencia, y eso que no me he metido en "easter eggs" (contenido oculto en la película, en este caso que hiciera referencia al metraje clásico). Muchas de las actuaciones son fabulosas (Luke Evans está enorme). El ritmo es frenético desde el primer momento y no decae. Las escenas musicales están montadas con mucho esmero, algunos números no están a la altura y otros se superan (como Gastón en el bar). Me quedo con la estética y la esencia de la película, que me ha hecho disfrutar de la misma como si fuera un niño disfrutando de uno de los clásicos de su momento de nuevo. Una experiencia que merece la pena si siempre has sido fan de Disney.

Diego Gozalo Pascual / @DieGozalo97

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