Todos dormían mientras mis ojos seguían clavados en el techo del dormitorio. Tras la cena, ante la televisión, mis párpados se cerraban constantemente y mi madre tuvo que llevarme a la cama prácticamente a rastras, haciendo caso omiso de mis súplicas por quedarme un ratito mas, al menos hasta ver como los Hermanos Marx conseguían librarse de aquel insoportable tenor de "Una noche en la ópera". Mi padre en cambio lo tuvo más fácil con Mary, mi hermana pequeña. La pobre llevaba dormida desde el comienzo de la película tirada sobre el sillón como un saco de patatas. Y así fue como se la llevó papá, echada sobre su hombro como un fardo hasta depositarla cuidadosamente en la cama junto a la mía.
Tras el beso de buenas noches de papá y mamá les pedí que dejaran la puerta entreabierta. Cerré los ojos mientras los oía dirigiéndose por el pasillo hasta su dormitorio, mi padre le decía algo a mi madre entre susurros, y esta dejó escapar una risa coqueta apenas apagada por su mano sobre la boca al tiempo que uno de los dos apagaba la última luz de la casa. Al final del pasillo la puerta de su habitación se cerró tras ellos con un pequeño chasquido acompañado del pasador del pestillo...
No recuerdo si mis ojos se abrieron entonces o lo hicieron minutos mas tarde. Solo sé que el sueño se esfumó como una sed que ha sido ampliamente saciada. En la penumbra de mi habitación, miré a la izquierda y en la cama de al lado mi hermana pequeña respiraba plácida y acompasadamente. Su imagen, tal y como siempre la he recordado: tapada hasta arriba con las mantas independientemente de si hiciera frio o no, con tan solo unos mechones de su pelo castaño lleno de rizos reposando sobre la almohada.
A través de las contraventanas cerradas podía ver entre sus descascarillados listones como la madrugada había devorado al mundo. Alrededor de nuestra granja los sonidos que durante el día eran imperceptibles e inofensivos, en la oscuridad de la noche se transformaron en "ruidos". Esos ruidos que te erizan el vello de los brazos y te hacen aumentar la capacidad auditiva de tus orejas con un cosquilleo. Recuerdo como las cortinas que cubrían el pequeño ventanal de nuestra habitación se movían en una danza ligera, al compás del aire que pasaba silbando levemente entre las hojas del maizal que rodeaba nuestra granja. La brisa olía a ozono..y esto no podía significar otra cosa que la proximidad de una tormenta. Aquel niño que fuimos una vez sigue viviendo para siempre dentro de nosotros, aunque está divido en partes, como un jarrón de cristal ajado que se rompió pero cuyas partes continúan brillando cuando un haz de luz incide sobre ellos.
Una de esas partes sigue brillando en mi, es esa en la que siento un miedo tremendo por las tormentas. Un miedo del que no recuerdo su semilla, ni como permití que germinara en mi. Solo se que esa noche, el crío de 14 años que fui una vez, se metió como accionado por un resorte bajo las mantas cuando el primer relámpago entró violentamente en el dormitorio bañándolo de luz fantasmal. Bajo la ropa de cama, llenando de dióxido de carbono aquel escudo de tela donde sentía protección, mis ojos cerrados aguardaban la explosión del trueno haciendo vibrar hasta los cimientos.
Pero nunca llegó...que extraño, unos minutos despues fui capaz de destaparme al tiempo que un nuevo relámpago me aceleró el corazón.
Esta vez armándome de valor permanecí mirando la ventana a la espera de que sus cristales vibraran con el consiguiente trueno....y no llegó. ¿Una tormenta sin truenos? "Una cosa es tener 14 años y otra muy diferente es ser tan solo capaz de darle vueltas a un torno como un asno. Y tu no eres un asno" solía decirme papá cuanto el álgebra se me ponía cuesta arriba...Pero yo no era un asno...y aquello era muy raro. Tanto como para despertar a mi hermana y y compartirlo con ella con una sonrisa nerviosa...
Cuando me giré para despertar a Mary, la luz de un nuevo relámpago quedó estática en el dormitorio iluminando la habitación como si dentro de ella se hubiera encendido una lámpara. El nombre de mi hermana se me quedó congelado en el paladar. A mi lado no había nada, solo suelo y pared. Ni cama. Ni Mary (mi Mary). Había desaparecido. Solo un vacío que heló mi cuerpo de pies a cabeza hasta sentir como el corazón se detenía. Recuerdo mis ojos abiertos y como ardían como ascuas. Mi pecho retenía el aire porque ni boca ni nariz eran capaces de volver a robarlo. La luz del relámpago se quedó en el dormitorio como si el tiempo se hubiera detenido, una luz nacida para mostrarme algo que no podía ser: Que estaba solo en un lugar que horas, minutos atrás era "nuestro dormitorio". El lugar de las risas, peleas, juegos y ceras de colores....
Estos recuerdos me armaron de un valor que jamás pensé que viviera en mi. Sentia la piel hirviendo en un estado febril. Aparté las mantas de un tirón tan fuerte que cayeron al suelo por el lado opuesto de la cama, fui corriendo hasta la puerta en busca de papá y mamá con un grito a punto de destrozarme la garganta...La luz del relámpago que nunca se marchó me mostró otra cosa...la puerta había desaparecido. La pared...la pared...continuaba...desde el rincón donde estaba ..(Mary)..mi hermana hasta donde antes estuvo la puerta...Mi cuerpo era una roca inerte mirando una ola de ladrillo revestida de yeso y pintada de blanco. El sudor recorría mi espalda pegando el pijama a mi cuerpo. Mi cabeza zumbaba como el generador del granero...
Lágrimas. Gritos. Mis manos se aferraron a los pantalones del pijama como garras, la ventana..¡La ventana! Me giré hacia ella con una esperanza que murió tan pronto como nació...No estaba...ni las cortinas...solo la maldita pared..Mi habitación estaba sellada con un relámpago como prisionero...tan prisionero como yo. Me volví para lanzarme furioso contra el lugar donde antes hubo una puerta. Mis puños golpearon la pared una y otra vez al ritmo de unos gritos guturales nacidos desde lo mas profundo, lo mas salvaje. Todo mi cuerpo ardía, el pelo estaba apelmazado por el sudor y este, mezclado con las lágrimas, llegaba a mis labios con un sabor a sal y desesperación.
En la pared aparecieron las primeras manchas de sangre. Me quedé mirándolas sin comprender, los hombros subían y bajaban al tiempo que mi boca tomaba aire a bocanadas. Levanté las manos hasta ponerlas frente a mí. Los nudillos estaban despellejados y gotas de sangre brotaban por las heridas abiertas. Cerré los ojos y apoyé la espalda contra la pared para dejarme resbalar por ella hasta acabar en el suelo. Encogí las rodillas hasta abrazarlas, colocando la cabeza sobre ellas.
Miedo, soledad..incomprensión..horror. No se cuanto tiempo estuve así. Cuando volví a abrir los ojos nada quedaba en la habitación, tan solo yo y el relámpago que no se marchó. Mi cama había desaparecido...el tiempo ( que me quedara) lo pasaría tirado en el suelo...el suelo...Pensando en esto me di cuenta de que en el lugar donde hacía ¿una hora?¿100 años? estaba mi cama, ahora, en el suelo, había una pequeña caja. Era rectángular y de color rojo carmesí...me acerqué a ella andando a gatas, muy despacio y con un pensamiento en la mente "Desaparecen cosas y vienen otras.." Casi dejé escapar una sonrisa. Pero esta se heló en el momento en que mi trayecto pasó por el espacio que antes...que antes ocupaba Mary.
La luz del relámpago se intensificó cuando llegué a la caja. Me senté en el suelo y la abrí con la resignación del que ya no tiene nada que perder. Dejé la tapa a un lado. Dentro de ella había un libro de color azul. En la portada una letra "K" dorada relumbraba iluminándome el rostro...Entonces mis manos se acercaron al libro para cogerlo y.....
....y bueno, me hubiera encantado que todo esto hubiera sido asi...o no...(¡que miedo!) pero la verdad es que la primera vez que llegó a mis manos un libro de Stephen King fue cuando lo trajo un señor del "Círculo de Lectores". Le dije a mi padre que lo pidiera tras verlo en la revista del "Círculo", este tenía una portada de lo más llamativa y un argumento que prometía muchisimo..
Promesa que se cumplió con creces. Yo tenía unos 14 o 15 años..
Pero no me diréis que la otra historia es mejor...no incluye ni un pedido, ni la espera de una semana...Ha sido tan solo mi humilde homenaje a un escritor que lleva acompañándome la friolera de casi 30 años, que me abrió puertas que me dieron casi tanto miedo como las que permanecieron cerradas. Es el segundo escritor que me ha hecho llorar y el primero que no me dejó dormir. En mi estantería reposan casi todos los libros que ha publicado, algunos de ellos releídos hasta la saciedad...
@Ikarubi
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Me encantó. Y yo también amo a Stephen King; sí me ha emocionado muchas veces. No es sólo el terror.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Y si, estoy contigo..no es sólo terror...eso es lo que queda para aquellos que son ajenos a su literatura...porque si señores, Stephen King hace LITERATURA y no de la mala...Podría seguir diciéndote cosas,"Nadie", pero tengo previsto hablar de vez en cuando por estos lares del señor King...Y estas invitad@...muchas gracias y un saludo!
Eliminar¡Saludos!
ResponderEliminarMe encanta Norberto!!!! Me has transmitido mucho de lo que señor King me ha transmitido siempre...temor, impaciencia, dudas, ilusión. .. Yo por consiguiente debo agradecerte enormemente aquella recomendación de hermano para que me leyera ese, ese no, El libro que marcaria el antes y el después, de lo que fue para mi un buen libro y una magnifica historia. Recuerdas cual fue?? ��
ResponderEliminarFelicidades por tu relato...no dejes de escribir!
LA DANZA DE LA MUERTE"!!!
EliminarAKA "APOCALIPSIS"!!!!
Muchas gracias Mariola por tu comentario! En agradecimiento no contaré que en cierto momento del libro te pusiste a llorar como una loca y nuestros padres me regañaron porque creyeron q te había pegado. Gracias....😉
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ResponderEliminarAunque sea en un idioma diferente de mi idioma materno, tu clara forma de escribir hace de la lectura un placer!
ResponderEliminarTu historia se lee toda a la vez, palabra despues palabra yo tambien en pocos minutos me encontré en aquella habitacion.. Tienes la capacidad de llegar al lector ya dedsde el principio de tus cuentos! Eres un grande!!
:D
Vaya, muchísimas gracias por tus palabras...así da gusto empezar el día! Intentaré hacerlo lo mejor posible para que puedas seguir disfrutando de nuestro blog...
EliminarUn fuerte abrazo
Fantástico artículo, soy tu fan numero 1... Annie Wilkes.
ResponderEliminarAnnie Wilkes...Dios mío...creí que había acabado contigo!!
EliminarParece ser que golpearte en la cabeza con aquella vieja y "desdentada" máquina de escribir, con la que me obligaste a resucitar a "MISERY" no fue suficiente...Aun te encuentro entre mis pesadillas, aun te siento pasear por la casa esperanzado en que esa sea la noche en la que te decidas a entrar y pueda agarrarte y clavarte aquel cuchillo que te robé y escondí bajo el colchón, junto a las cápsulas de Novril..
Annie...mi fan número uno...
Mi diosa...
Gracias por escribir
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