martes, 16 de agosto de 2016

CRÍTICA: "PERDIDA" (2014)


PERDIDA

La adaptación del famoso best-seller homónimo de Gillian Flynn ha sido considerada una de las mejores en lo que llevamos de siglo, si bien es verdad que la película no representa de forma completamente fiel la historia de la novela. Todo gracias al genial director David Fincher (“Seven”, “El club de la lucha”) que consigue crear una gran historia en la pantalla con una trama llena de resaltos y pequeños recursos personales característicos.

Este análisis y opinión personal es libre de spoilers y no revela ninguna información determinante para la historia.

El joven matrimonio de Nick (Ben Affleck) y Amy (Rosamund Pike) está a punto de pasar su quinto aniversario y es entonces cuando se produce la desaparición de ella la mañana que Nick está fuera. La investigación que se abre profundiza poco a poco en el caso sacando a la luz pruebas que dan a entender que Nick pudo haber matado a su esposa, sumando estas revelaciones al extraño comportamiento de él en la búsqueda de Amy y la creciente presión mediática que hacen tambalear la inocencia del marido.

Ya en el mismo comienzo de la película, en la primera escena de esta, muestran un curioso plano con una voz de fondo. Esta imagen es bastante importante para el significado de la adaptación ya que también forma parte de las últimas escenas de ésta pero ligeramente modificada. Un método genial que tiene el director para explicar la propia moraleja en el sentido de haber entrado en una situación complicada, inevitable y sin escapatoria. Sin duda una metáfora minúscula pero importante para el espectador.    
  
PERDIDA

Durante el inicio de la película se intercalan en los créditos planos del barrio en el que desaparece Amy para localizarlos sin muchos preámbulos en la escena de lo ocurrido. Aquí es donde el director, de nuevo, dota la imagen de colores y tonos específicos según el momento: predominan colores azules y grises mientras la pareja discute, si se habla sobre algo triste o se enseña su vida algo monótona. Mientras que más adelante, al enseñar momentos alegres o con alguna sorpresa, la luz es más amarilla y los colores más vivos.

Sumado a esto, todas las participaciones de los personajes secundarios son importantes y determinantes en la historia. Sus momentos de diálogo están muy bien repartidos al igual que sus apariciones. Y los dos principales van cambiando de diferente manera en la historia: descubres la verdadera personalidad de uno o ves un cambio en la forma de ser del otro.

PERDIDA

A la vez que se enseñan estas tonalidades diferentes, Amy va leyendo páginas de su diario para ver cómo pasan los días y cómo avanza el matrimonio a lo largo de los años. Enseña momentos clave contados por ella para condicionar la perspectiva del espectador y llevarle a pensar una cosa u otra según se desarrolla la historia. A partir de la primera media hora de película el rumbo cambia de una forma radical: los giros que da el guion son clave para cambiar cada aspecto del final y de los personajes.

Es una película muy bien adaptada y estructurada, de la cual no puedes obviar ni un solo detalle por ser todos clave en la historia. Sin duda, un gran éxito de la gran pantalla.

Por adrian_arranz

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