Todos
vosotros sabéis muy bien lo difícil que es decidirse por una obra,
ya sea un libro, una película o un videojuego cuando te preguntan
por tu favorito. Hemos vivido tantas historias y tan diferentes y en
momentos tan diferentes de nuestras vidas que no podemos decidirnos
por una obra en concreto.
Pues
eso mismo me pasa a mi con la tercera entrega de los de LucasArts
“The Curse of Monkey Island” (o La Maldición de Monkey Island)
que, gracias a la influencia de mi familia, al ser mas mayores lo
vivieron y me descubrieron esta obra maestra de las aventuras
gráficas.
Por
cierto, si no lo has jugado, de verdad que te animo con todas mis
fuerzas a jugarlo, salió en 1997 y aún así se disfruta como el
pimer día. Es un juego fácil de jugar, con puzles difíciles a
veces, y con un humor que te va a hacer partirte de risa
constantemente. Además el doblaje en castellano es simplemente
sublime.
Puede
ser bueno o puede ser malo pero todo lo que os voy a contar viene
desde la ilusión de un niño, que es cuando lo jugué. Recuerdo
ponerme frente al monitor de tubo con mi amigo y dibujar un mapa
mientras el iba dandome las instrucciones que el personaje nos
respondía para poder solucionar el puzle. Ahí no habia videoguías
ni “youtubers”.
Sin
embargo, no vengo a hablaros del juego en sí, si no de su
protagonista, Guybrush Threepwood.
Este
juego (y Guybrush) es el principal motivo de mi amor por la estética
y el mundo pirata, así que sin mas dilación, empezamos.
GUYBRUSH THREEPWOOD
Guybrush
es el típico antihéroe, ese con el que es muy fácil sentirse
identificado. Es un tirillas pequeño y enclenque cuyos sueños le
quedan demasiado grandes: convertirse en un pirata de verdad.
En
este juego la trama empieza cuando regalas a tu amada Elaine, una
pirata dura de verdad, un anillo de…. dudoso origen con un diamante
enorme… que resulta estar maldito. En el momento en que se lo
colocas en la mano Elaine empieza a transformarse en una estatua de
oro macizo justo antes de poder encajarte un puñetazo por torpe.
Y
es que Guybrush es muy dado a que le ocurran este tipo de cosas, no
es precisamente el tipo mas atento de Isla Mêlée y suele acabar en
situaciones de lo mas controvertidas debido a su despiste…
Situaciones como dentro de… esto… en el estómago de una
serpiente, y dependera de nosotros que logre salir de ahí o no. Os
puedo asegurar que cuando era un niño supuso un verdadero quebradero
de cabeza, y de no ser por mi padre el pobre Guybrush seguiría hoy
digiriendose lentamente en el interior de la maldita serpiente.
Lo
mejor viene cuando después de patearte toda la isla en busca de una
adivina vudú para descubrir como romper la maldición, llegas a la
playa donde dejaste a Elaine y resulta que ya no esta. Otra situación
muy propia de Guybrush.
Descubres
que ha sido raptada por el malvado pirata zombi LeChuck, si, has
leído bien, malvado pirata zombi, es una larga historia, tan larga
como los dos juegos anteriores como para descubrir lo que ha pasado,
pero básicamente, LeChuck ha revivido como zombi y busca venganza
contra ti.
Una
vez establecido el argumento principal es cuando de verdad empezamos
a conocer a Guybrush. Sabemos que es torpe, debilucho y no muy
suertudo, sin embargo desde el principio del juego cuando empieza a
reunir una tripulación para rescatar a Elaine, la frase con la que
se presenta cuando alguien le pregunta “¿Quién eres?” siempre
sera la misma *Llena el pecho de aire, levanta la cabeza* “Soy
Guybrush Trheepwood, y voy a ser un pirata de verdad”.
Nuestra
misión será convencer a los ex-piratas de que se unan a nuestra
tripulación superando las pruebas que nos ponen, por que obviamente,
al oir esa frase y ver nuestro aspecto, lo que saldra de sus bocas
será una carcajada que hundiria el mismísimo Jack Sparrow.
Todas
estas pruebas son obviamente absurdas como vencer en un duelo de solo
de banjo (absurdo pero increíblemente divertido), o ganar en una
competición de lanzar troncos a un pirata escocés del tamaño de
Hulk después de cenar macarrones.
Para
superar todas las pruebas, ya que no tenemos cualidades como una
exagerada fuerza o los reflejos de un halcón, tendremos que usar
todo nuestro ingenio y creatividad para engañar a esos piratas y que
se unan a nuestra tripulación, y ahi es donde nos identificamos con
Guybrush, por que todos podemos resolver esos problemas, y todos
demuestran que solo hace falta tener una meta y mucho coraje para
afrontar lo que vendrá.
Entonces,
¿qué define a Guybrush? Pues las cosas que importan. Tiene una
meta, y es capaz de vencer sus miedos para salvar a Elaine, porque
tendrá miedos, y con razón, pero nos sobreponemos y usamos el
ingenio, el humor, el sarcasmo,… para salir de las peores
situaciones.
Recuerdo
una parte del juego en la que tienes que ponerte una cabeza de tofu
gigante para infiltrarte en una tribu canibal que lleva frutas en la
cabeza y venera a un volcan… en fin… ¿como no voy a querer a
este juego?
De
verdad, si tuviese que convenceros de jugar a un solo juego, os
presentaría a Guybrush sin pensármelo dos veces, y se que no es solo
la nostalgia de un niño la que habla, porque no puedo contar las
veces que me he pasado este juego con unos cuantos años más.
Y
para terminar… uno de los puzles del juego para que penséis: Hay
un hombre que tiene tatuado en su espalda un mapa que necesitas, y
resulta que ese hombre esta tumbado en la playa tomando el sol y
parece que esta demasiado palido. En tu mano tienes una botella de
aceite para freir… ¡Necesitas conseguir el mapa o jamás
recuperaras a Elaine!
No puedo acabar esta entrada sin dejaros la MAGNÍFICA banda sonora que tiene este juego, en concreto Monkey Island 3 (The curse of Monkey Island), con solo escuchar un minuto os aseguro que os vais a enamorar.
Y
eso es todo lo que quería contaros sobre él, Guybrush es sin duda uno de los nuestros, y espero que
os animéis a conocerle, es como todos nosotros, y tiene mucho
que decir.
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