No
descubrimos nada al afirmar que Star Wars representa muchísimo más que solo una
saga cinematográfica. Corría el año 1977 cuándo George Lucas nos abría su mente
y nos invitaba a viajar junto a él por ella. Y desde entonces, el viaje se ha
convertido en una maravillosa experiencia y lo que sólo existía en su mente, se
ha consagrado como una religión mundial.
Star Wars
son dos triologías completas y otra en camino de películas llenas de emoción,
acción, aventuras, fantasía, amor, odio, filosofía, lealtad, traición y
comedia. Star Wars es la fuerza, la esperanza, la rebelión, el imperio y la
familia. Es La música, los planos, los escenarios, la dirección y los efectos
especiales. Son los Jedis, los Wookies, los Soldados Imperiales. La estrella de
la muerte, las naves rebeldes, todos los planetas, desde Tatooine hasta Hoth,
pasando por Jakku y Endor. Es Luke Skywalker, Leia, Obi Wan, Anakin Skywalker y
cientos de personajes más que forman esta magnífica historia. Y esta es la
causa de este artículo, los personajes que conforman la saga. Es difícil quedarse con uno, casi imposible,
por eso voy a intentar no acudir a los tópicos personajes principales que todos
adoramos, y redirigir el foco a un personaje secundario que para mí significa
bastante en esta historia, les voy a hablar del auténtico caza recompensas
galáctico Boba Fett.
Boba Fett
hijo del caza recompensas Jango Fett, que se convierte en esto mismo casi por
legado, aunque este no es el dato que hace que le tenga un cariño especial a
este personaje, es un dato importante a la par que curioso.
El caso es
que Boba Fett tiene algo que te atrae. Aparece en las tres películas
originales, con gran protagonismo en la segunda siendo el ayudante principal
del imperio para atrapar a nuestros rebeldes.
Me pongo sentimental y reconozco que vi Star
Wars a una edad tardía para mi gusto. Tenía 15 años y un amigo fan absoluto de
la saga me convenció para verla. Con “Una nueva Esperanza” me quedé impactado,
es la película perfecta. Me encantó todo y algo secundario me había llamado la
atención más de la cuenta, cómo no era el gran Boba Fett. Con el paso del
tiempo creo que parte de la causa de esta adoración la tiene su traje. Su
aspecto es bastante atractivo, y sus aires de caza recompensa solitario se une
a su apariencia para crear así un cocktail perfecto.
En todas las películas por regla general el
espectador simpatiza con la parte buena, dejando a los malos de lado. En Star
Wars es imposible no hacerlo de esta manera, pero si había algo que podía
“hacer sombra” a uno de los mejores villanos de la historia, Lord Vather, era
este caza recompensas con traje molón y aires de superioridad gracias a su
consideración de ser uno de los mejores de toda la galaxia.
Y es que,
¿cómo no va a ser el mejor si consigue ser contratado por el imperio para buscar
al mejor piloto de toda la galaxia?
Han Solo era
un problema y Boba Fett la solución. Se
codea con Darth Vader, en “El Imperio Contraataca”, con Soldados Imperiales en
Cloud City, el planeta que controla Lando Calrissian, y hasta se deja ver con
el séquito de Jabba the Hutt. Boba Fett es un gran personaje porque sabe
manejarse con los grandes, y esto es parte de su éxito. Boba Fett es un
secundario, pero un secundario que desprende carisma gracias a su actitud y a
su apariencia.
Tiene el aliciente
de aparecer cómo niño en la segunda entrega “El ataque de los clones”
demostrando así su calado en la saga y en los fans. Boba Fett es un personaje
que tristemente tiene un final desafortunado en la sexta entrega, “El Retorno
del Jedi”. Pese a esto, cada año al
volver a revisar las películas, sigo disfrutando de este caza recompensas en la
pantalla como si fuera la primera vez que le veo.
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